miércoles, 22 de febrero de 2012

El martes de Carnaval que no estuviste...

El martes de Carnaval que no estuviste, lucía brillante y despejado; radiante en algún sentido, como si hubieran limpiado los cristales y todo se mostrara mucho más nítido... concreto...

Esa misma mañana encontramos a Conrado inclinado sobre la fuente, con una sonrisa en la cara y la cafetera rellenándose de agua para preparar su consabido café... Cuatro palabras y enseguida nos pusimos al día de las novedades: De cómo nos va la vida, de cómo; en cierta forma, el tiempo pasa sin pasar...

Nos adelantamos caminando entre el bosque que despertaba al ruido de nuestros pasos sobre las hojas caídas en los senderos, mientras la luz, esa luz tan limpia lo iba llenando todo de colores ocres y verdes... Tendrías que haberlo visto y por eso te lo cuento... Hoy no ha venido nuestro amigo el petirrojo, pero se le escuchaba píar entre los árboles; lo que sí que escuchamos claramente fue a la abubilla graznando mientras buscaba un tocón viejo que picar buscando comida... Los sonidos del bosque te envuelven, tú bien lo sabes... Rodeados de la calma un martes de Carnaval...



Camino del Meigallo

Con tanta calma como de costumbre, desperezamos los músculos, quitándonos parte de la ropa de abrigo, progresando en esa placa, sí en esa que está al comienzo del Meigallo... Siempre la miras con calma, y siempre la disfrutas mientras la goma de los gatos se adhiere en las pequeñas rugosidades... Sintiendo el movimiento... progresando lentamente en el instante mismo en el que te encuentras... Con ese sentimiento de calmada y lenta parsimonia con la que subes los bloques... Luego bajamos un poco para ir al otro bloque, el de los árboles pegados...estirando las piernas, equilibrándonos en el movimiento para agarrarnos al canto... Sintiendo como si levitaras... El sol nos acariciaba con esa ternura y comentábamos como poníamos el pie... El detalle, el movimiento... Un martes de Carnaval...


Calentando al sol...

Luego fuimos a abrazarnos a "La pirámide", intentando descifrar el jeroglífico con nuestro cuerpo, jugamos como siempre a sortear los pies buscando las sensaciones...  Sintiendo que no somos de goma; deseando ser tan largos como para alcanzar el cielo... Intentándolo una y otra vez... Allí nos encontró de nuevo Conrado que junto con Gayu nos acompañaron el resto del día...

Nos reímos y apretamos, subimos y bajamos, volvimos a reirnos...

Luego fuimos al "Barrapan" para seguir calentando, para seguir disfrutando del día, con cada presa, con cada movimiento... Bebimos té, y seguimos vagando por entre los bloques... No había relojes, no había tiempo... Sólo el placer de estar allí... Un martes de Carnaval...



Redescubriéndote en el movimiento

Mientras Carlos reconectaba y Gabi porteaba; nos dividimos y Lobi se fue al "Dínamo de Kiev"; de la adherencia a la microregleta del pie, montándose  para balancear el cuerpo y alcanzar al regleta...estirándose par subir el pie y colocarse para lanzarse a por el filo... Subir y bajar, caer y volver a intentarlo... La terquedad de superarlo y superarse... Como cuando estás... Siempre un pegue más, siempre otro intento... Mientras el cielo azul nos cubría por entero y el sol ocupaba espacios... 

Luego nos fuimos hasta "Andrómeda", al solete, ése que tan agradable se siente sobre el cuerpo mientras te acomodas a comer algo... Conrado nos contó su historia del paso, y se peleó como un jabato por conseguir salir por arriba... Pero fue Gayu quien lo luchó con las ganas y la suerte de escurrirse por debajo del bloque de arriba... Nosotros nos quedamos luchando por los cantos de abajo, sabiendo que todo se va "para las maracas"...

Y luego "Antinatural", buscando las maneras de cada movimiento, es curioso como cada uno hace de lo mismo algo diferente... Colocándote así o de aquella otra forma... Aprendiendo que; de cierta forma... hemos de ser flexibles, amoldarnos, adecuarnos a cada situación... Para ser realmente nosotros mismos... Plenos en esa felicidad tan fútil como vana, tan enriquecedora como sutil...

Y así, como de costumbre... el sol nos fue diciendo hasta luego, tiñendo el horizonte de los colores de su paleta... Del naranja al lila... Sentando mientras todo parece dar igual, disfruté del momento, como cuando tu también estás...
No hay pintor que supere un amanecer, decía una cita que leí hace mucho tiempo, y no soy tan buen fotógrafo como para conseguir captar la magia de lo que mis ojos y mis sentimientos percibieron mirando hacia el infinito... Pero sé que tu imaginación superará estas pequeñas barreras... Y en cierta forma imaginarás y saborearás, a tu manera... Lo mismo que habrías saboreado si hubieras estado allí... Un martes de Carnaval...



Deseando que vieras esto...

Siempre ganas de más... Es algo que nunca cambia... Aunque sea martes de Carnaval...

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