Y de la misma forma que la música y las imágenes parecen acoplarse, simbiotizarse en ritmos o cadencias... de la misma forma mientras conduzco bajo la lluvia en mi mente se establecen analogías, pensamientos y reflexiones... mientras conduzco bajo la lluvia de un sábado cualquiera en dirección a uno de mis "Nunca Jamás"...
Con el espíritu de rebeldía que representa Peter, yo conduzco tozudamente, ignorando que las gotas de lluvia no paran de caer sobre la tierra... mojándolo todo... Me da igual... yo voy... allí voy... allí quiero ir...
Diferentes motivos, causas, circunstancias y vivencias han hecho de la pasada semana una tormenta mental... Una enconada lucha... sin descanso... sin respiro... sin final... Como los enfrentamientos de Peter con Garfio... esa eterna batalla que encarnan, como dos mitades que se necesitan y al mismo tiempo se oponen...
Hoy Garfio parece dominarlo todo... Surcando el mar embravecido, mecido en olas gigantes, vientos huracanados y lluvia incesante... Hoy Peter lo tiene difícil para conseguir que los Niños Perdidos salgan a jugar, a bailar, a comer... a divertirse... Garfio, el adulto malvado, la encarnación de todo lo que en cierta forma nos obliga y nos domina... Garfio es la realidad pura y dura... las obligaciones y los deberes... Peter es la fantasía, la alegría de cada día, las ilusiones y los sueños... Y no paran de pelear el uno contro el otro ...
La música alegra y entretiene a los Niños Perdidos...
Pero los Niños Perdidos encuentran una cueva... una cueva como una cuchara gigante, que algún gigante dejó olvidada por error... bajo esa cueva-cuchara, se reunen a jugar, a saltar, a divertirse... a negarse a que Garfio y sus tormentas los mantengan encerrados, tristes, quietos...
Y la tormenta arrecia fuera... y las goteras que se van escurriendo, lo van mojando todo... y los Niños Perdidos, y hasta Peter Pan deciden cambiar sus juegos de lugar... Y correteando bajo las gotas de lluvia, recorren los senderos del bosque, correteando sin parar, mojándose y por fin lo encuentran... Unos llegan saltando entre las rocas, otros corriendo desde lo alto... La cueva de las canciones y los ritmos, el último reducto que les queda bajo un mar de lluvias... Saltan de una piedra a otra, juegan a ver quien llega más y más alto... Sudan, gritan y no paran de jugar... Mientras fuera no para de caer la lluvia y el viento les recuerda que allá a lo lejos, en el mar, Garfio no desespera y no para de buscar en dónde se esconden ...
Los Niños Perdidos le dicen a Peter, que ya es hora de volver a casa... la luz se va, el hambre aprieta... y juntos se vuelven al árbol hueco que es su casa... Mañana será otro día piensa cada uno para sí, mientras se arropan en sus camas y sus hamacas... mientras las luces se apagan y Peter aprovecha que están dormidos para salir volando por la ventana...
Por que cada noche se escapa volando para escuchar los cuentos que una niña llamada Wendy les cuenta a sus hermanos antes de dormir... Aunque sabe... o cree... que Nunca Jamás sólo existe en su imaginación... Ojalá algún día Peter le enseñe Nunca Jamás... Para romper la maldición de Wendy y que descubra que Nunca Jamás existe por que Wendy sueña también con volar...
Por que cada noche se escapa volando para escuchar los cuentos que una niña llamada Wendy les cuenta a sus hermanos antes de dormir... Aunque sabe... o cree... que Nunca Jamás sólo existe en su imaginación... Ojalá algún día Peter le enseñe Nunca Jamás... Para romper la maldición de Wendy y que descubra que Nunca Jamás existe por que Wendy sueña también con volar...
Esta trave parece un petit Dreamcatcher. Excelente blog. gracias por el enlace
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