miércoles, 6 de abril de 2011

Impresiones de un "Mediano" en Mordor

Ha sido la primera vez, y ha tenido el encanto de las primeras veces...

Cuando todo se saborea dulcemente pero con parsimonia... con calma pero con avidez... con sensibilidad pero difuminadamente...

Cada uno cree que los sueños son simples recreaciones de nuestras experiencias distorsionadas... O simples magnificaciones de internos deseos... O simplemente una creación metafórica de anhelos sensoriales irracionales...

A veces creemos encontrar el encanto de lo cotidiano... de lo cercano... Ensoñamos nuestra realidad... y hasta nuestra fantasía...

A veces cuando viajeros contaban sus correrías mundo adelante, a veces, algunos llegaban a coincidir con otros en cuanto a lugares especiales, de marcado encanto y dificil olvido... Mordor es uno de esos lugares...


María y Gabriel descubriendo los callejones pétreos

Es ser reduccionista pero prosaicamente poético... metonímico de la parte por el todo... Nada más lejos de mi intención... Santa Gadea contiene a Mordor, por lo tanto Mordor es ... Santa Gadea...

Armado de un valor que desconocía, urdí los preparativos para mi gran escapada... La grandemente esperada Primera Escapada... Recorrí las sendas, siguiendo las indicaciones de aquellos viajeros que antes que yo recorrieron sus parajes... Dejando atrás mi tierra, mi casa... El verde de los campos... Recorrí páramos yermos... Llanuras extensas... Caminos eternos... Al anochecer llegamos al albergue donde otros viajeros también... como yo... esperaban a la luz del día para adentrarse en la vasta extensión de Mordor...

Como preludio de la magia que nos envolvería, la noche nos lleno de luces y colores bajo un manto de estrellas... Visiones de mágico resplandor... Anuncios de sucesos resplandecientes...

Del interior llegaba Talo, Rouser y Dhana ... De Tierras del norte, Micky y Rosi... y también Richard... De las costas occidentales Xurxo, Lobi, María, Gabriel y el mediano que os lo relata... Aguardar el alba... que llegó con luz desbordante... Recoger con presteza los pocos alimentos que para el camino dispondríamos y partir con paso firme hacia la colina...

Desde lo alto de la colina, la que está rodeada de verdes pastizales se extendía la ladera rodando pendiente abajo... sujeta a la tierra por bloques pétreos, como piedras que sujetan la ropa al suelo; para que el aire no las levante en vuelo... Los bloques se extendían ante nosotros... salteando el verde, se agruparan y separaban, se pegaban unos a otros... se hundían con fuerza en el terreno o se apoyaban en escogidos equilibrios...

Hasta donde alcanza la vista los bloques se dispersan en  un orden propio...
Ansiosamente comenzamos a buscar tesoros escondidos por elfos y magos en la parte superior de cada bloque... como si quisieran haber evitado que la marea verde que todo lo cubre se mantuviera alejada de sus más preciadas riquezas...

 
Rouser y Xurxo en "La medialuna" 7a+

Y encima de cada bloque solo encontramos la belleza de las formas, no sólo por lo desconocidas, por el tacto, por la suavidad marcada en su pétrea superficie... si no por que cada bloque habia sido encantado con llaves mágicas, con cerraduras etéreas, sinuosas... retadoras...


Xurxo en "La doble vira" 7a (Aunque parece que ha roto un canto)


Talo Martín "En busca de la Felicidad" 7b+/c

Y en la dinámica estética de cada solución, encontrábamos el sentido... y ese delicado veneno que te mata dándote motivos para seguir consumiéndolo... Percibiendo que esas sensaciones son pura y claramente aquello que hace que Mordor sea encantadoramente arrebatador y totalmente memorable... esas cosas que hacen que algo no sea fácil de olvidar...

Richard probando y jugando entre los bloques...


Como para no disfrutar, verdad?



Lobito y Xurxo en "El Angel" 6c+


María y Xurxo en "Juego de Tríceps" 6c

El tiempo nunca es lo suficientemente lento, y la lluvia siempre viene cuando no la quieres invitar... Alguien debió de confundirse con uno de los encantamientos... y las nieblas del olvido surgieron como una marea que recorría las laderas de Mordor...

Menos mal que ya habíamos subido a la colina desde la que entramos en Mordor... Si no nada de esto podría ser contado...


La niebla cubrió la visión, pero no las imágenes que guardamos en nuestro interior...

Si no nada de esto me haría soñar con volver a Mordor... a Romper encantamientos mágicos, a vivir una aventura tan maravillosa como las del gran Viajero de Bolsón Cerrado... Que nunca soñó con ver... las maravillas que tuvo la suerte de ver... Para poder contarlas...

 Al Igual que este mediano servidor... Así termina el prólogo de un libro que he comenzado a escribir... Impresiones de un mediano en Mordor... 

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