Si lo llego a saber... habría pedido al sol que no brillara tanto...
Le habría dicho a la brisa que fuera más fresca...
Y habría rogado al granito que puliera menos la piel...
Para que hubiera sido mejor, aunque en tu compañía...
El tiempo está loco, ya no sé si es por el calentamiento global o por el ahujero de la capa de ozono, si las emisiones del metano de las vacas o la comida de las cadenas americanas...
Sólo sé que en los comienzos de la primavera tendría que hacer tiempo de chaquetillas al atardecer, y algún que otro día de llovizna fresca sobre la calle... esa que nos llena las fosas nasales de olor a tierra húmeda...
En cambio, nos encontramos con que las colas parece que van en dirección a la playa, los shorts y las camisetas de tiras... por mi parte soy fiel a mis respuestas y siempre contesté montaña cuando decían eso de: ¿Playa o Montaña?
Salir de la costa con un día casi plomizo, conducir con el parabrisas salpicado de gotas, pensar que el cielo iba a ser gris durante todo el fin de semana... Ver como el viento movía las ramas de los árboles...
Y al poco de llegar a Pena Corneira descubrir que el cielo se volvía azul... de un azul intenso y transparente que dejaba que los rayos del sol llegaran con toda su fuerza...
La visita de Nano y Meri, amigos de Lobito residentes en Ibi (Alicante) que han venido por fin después de tanto tiempo anunciándolo, y siempre aplazándolo por el tiempo nefasto... Y hoy que han venido... La primavera se ha vestido de verano...
Presentar, descubrir, disfrutar de la Pena Corneira... Recorriendo los clásicos de la Plaza del Trebello... Pasando por "El escudo" y la "Geoda", El "Ovni" y el "Orejas", repartirnos entre "La cuchara" y la placa junto a la "Placa Hercúlea", pasar por la plaza de "Supernenas" y catar "Aurovir"... Terminar en "Y griega" y "Delain"... Todo un día de disfrute resumido en apenas tres líneas...
Calentando en la plaza del Trebello...
Lobito, Meri, María y Nano en la placa del callejón...
Calentando en la plaza del Trebello...
Lobito, Meri, María y Nano en la placa del callejón...
Compartir las risas y las sensaciones de quien saborea por primera vez algo que para nosotros es habitual se vuelve un regalo; que nos hace disfrutar y sonreir a pesar de que las condiciones no son las propias de la época en la que estamos...Pero ni el calor ni las sensaciones algo extenuantes por momentos nos impiden elevar al máximo el disfrute...
María y Tere en "El OVNI"
Meri en "El Orejas"
El granito y el sudor producen resbalones que nos dejan a todos marcados casi sin excepción... Aún así aprovechamos la búsqueda de la sombra para quitarnos espinitas clavadas desde hace tiempo... o para clavarnos alguna nueva, que nos dejan con ese regusto agridulce tan rico... Ese apetito que nunca termina de saciarse del todo... ese hambre que siempre pide más... Aunque el calor nos apriete... en un día de verano primaveral...
Auro y María en "La placa"
Mientras unos blocan... Otros esperan mirando el paisaje...
Auro y María en "La placa"
Mientras unos blocan... Otros esperan mirando el paisaje...
La teoría de los vectores sigue estando más vigente que nunca... Apretar, pisar, agarrar, morder, triscar... Pero en el ángulo adecuado, uniendo los vectores con la tensión justa... A pesar del calor... No es disculpa...
Bea. Xurxo, Fernando y María en "Delain"Comienzan a crecer los brotes de los helechos por doquier... pronto volverán a esconderse los senderos bajo sus hojas extendidas, y mientras seguiremos viendo como cada día, la Pena Corneira nos ofrece su cambiante y encantadora magia... Sus rincones llenos de magia, adornados de bloques que nos encandilan y enganchan día tras día; para volver a esforzarnos por mejorar en cada visita, para volver a saborear ese dulce ambiente, para volver a compartir entre risas y sonrisas momentos inigualables...
Nano, Mauri y Xurxo en "La Y"
Seguramente a Nano y a Meri les habrá sabido a poco la visita casi fulgurante, el recorrido, el ambiente, la compañía, los bloques, los árboles, los claros y las sombras... Al igual que a todos nosotros... Al anochecer nos vamos retirando unos mientras otros se quedan con los preparativos de la cena... El sábado casi llega a su fin y el domingo pronto llegará...
Y llegó el domingo, pero esta vez ya no había disculpa para soñar con brisas ni nubes... Y es más la sensación de desfondamiento, de flojera, de ese calor que se ha metido en tus músculos como destensándolos...
Casi apetece más extender las colchonetas a la sombra y tirarse sobre ellas que colocarlas al pie de algún bloque... Pero en la Pena hay de todo, para todos los momentos y justo al lado de la zona recreativa... ahí mismo donde las copas de los árboles hacen una suave sombra que recorren ciertas brisas frescas... ahí mismo también hay bloques para escalar...
Con calma, pues algunos han extendido el desayuno hasta casi el mediodía... Uno, dos, tres, cuatro, hasta cinco bloques nos entetienen... Con las colchonetas extendidas sobre el verde suelo, que refresca agradablemente...
A la sombra un domingo; Fernando, Bea y Aurora
Sol y Sombra; Bea, Carlotxo y Fernando
Así hasta que llega la hora de que los peques coman, los que van a comer el pulpo en casa vayan a buscarlo y los que quieren ver la fórmula 1 busquen cobertura... Junto con Carlotxo me acerco hasta el Trebello, en donde Gabi-Javier y Vane, que han venido desde Santiago de Compostela, están blocando con unos amigos...
Así hasta que llega la hora de que los peques coman, los que van a comer el pulpo en casa vayan a buscarlo y los que quieren ver la fórmula 1 busquen cobertura... Junto con Carlotxo me acerco hasta el Trebello, en donde Gabi-Javier y Vane, que han venido desde Santiago de Compostela, están blocando con unos amigos...
Sólo puedo decir que la sensación de la tarde del domingo fue comparable a un motor al ralentí en la cola de un atasco... Dudando de si echarte a un lado de la carretera y aparcar o seguir aguantado... A veces la sensación de que simplemente con estar ahí ya es suficiente, nos induce a conformarnos... Y el ejemplo de Mauri, y también en cierta forma su "velada" provocación me devuelven las ganas de apretarle un poquito más, de exprimir un poco más el domingo, a pesar del calor...
Uxía encadenando la tarde del domingo... La nueva generación...
Y así como quién no quiere la cosa va acabándose el domingo... una vez más... Y ya desde antes de que termine... el apetito por volver a empezar ya aparece... Ojalá pudiera vivir "El día de la Marmota" en la Pena Corneira... Una y otra vez, una y otra vez...
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